martes, 8 de diciembre de 2015

INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARIA



SOLEMNIDAD  

VIRGEN DE LA INMACULADA

Presupuesto del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María

Dios dio al hombre este mandamiento: "De cualquier árbol del jardín puedes comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, morirás sin remedio" (Gn 2,16-17). Pero la serpiente dijo a la mujer "¿Cómo es que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín? Respondió la mujer a la serpiente: Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Más del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No coman de él, ni lo toquen, so pena de muerte. Replicó la serpiente a la mujer: De ninguna manera morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal" (Gn 3,1-5). Como se ve, la serpiente mintió y engaño a la mujer, pues la vio que el árbol es excelente medio para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos” (Gn 3,6-7). Dios intervino y dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras apenas herirás su talón." (Gn 3,14-15). 

El escenario que San Pablo resume es así: “Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron” (Rm 5,12). Pero de este pecado como se ve María fue preservada, no afectó. Más tarde el ángel dijo a María: “Alégrate llena de gracia el Señor está contigo” (Lc 1.28). Hecho que también San Pablo lo describe así: “Cuando llego la plenitud del tiempo Dios envió a su hijo el cual nació de mujer” (Gal 4,4).

La teología de Duns Escoto más influyente fue su defensa de la Inmaculada Concepción de María (que la misma María fue concebida sin pecado).En ese momento, había una gran cantidad de discusión sobre el tema. La opinión general fue que era adecuada deferencia a la Madre de Dios, pero no se podía ver cómo resolver el problema de que sólo con la muerte de Cristo sería la mancha del pecado original se eliminará. Los grandes filósofos y teólogos de Occidente estaban divididos sobre el tema (de hecho, parece que incluso Tomás de Aquino puso del lado de los que negaban la doctrina, aunque algunos tomistas disputan este). El día de la fiesta había existido en el Este (aunque en el Este, la fiesta es sólo de la Concepción de María) desde el siglo VII y se había introducido en varias diócesis de Occidente, así, a pesar de que la base filosófica era deficiente. Citando Anselmo de Canterbury y su principio: "Potuit, Decuit, ergo fecit "( Dios podía hacerlo, era apropiado, por lo tanto, que lo hizo), Duns Escoto ideó el siguiente argumento: María estaba en la necesidad de la redención como el resto de los seres humanos , sino por los méritos de Jesús crucificado , dada de antemano, que fue concebida sin la mancha del pecado original. Dios podría haber traído sobre (1) que nunca fue en el pecado original, (2) que estaba en pecado sólo por un instante, (3) que estaba en el pecado por un período de tiempo, siendo purgado en el último instante. Cualquiera de estas opciones era más excelente, probablemente se debe atribuir a María. Esta afirmación aparentemente cuidadoso provocó una tormenta de oposición en París, y sugirió la línea 'disparó Francia a María sin mancha' en el famoso poema "Oxford de Duns Escoto.

El argumento de Escoto aparece en el Papa Pío IX en el año 1854 la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción, en el primer momento de su concepción, María fue preservada de la mancha del pecado original, en vista de los méritos de Jesucristo."  Posición Escoto fue aclamado como "una correcta expresión de la fe de los Apóstoles".

Otra de las posiciones de Escoto también obtuvo la aprobación oficial de la Iglesia Católica Romana:. Su doctrina sobre la primacía universal de Cristo se convirtió en la razón subyacente para la fiesta de Cristo Rey instituyó en 1925.
Durante su pontificado, el Papa Juan XXIII recomienda la lectura de la teología de Duns Escoto a los estudiantes de teología moderna.

DOGMA DE FE: INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÌA

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles."

Diciembre 8: Día de la Inmaculada Concepción.

Ella, desde el momento en que fue concebida por sus padres, por gracia y privilegios únicos que Dios le concedió, fue preservada de toda mancha del pecado original. En nuestra sociedad, la pureza tiene dos valores opuestos. Mientras la droga más pura es la más cara y todos buscan el detergente que deje la ropa más blanca, muy pocos se preocupan de mantener su alma y su vida pura, de cara a la vida eterna. Incluso, quienes se confiesan seguido son a veces criticados, y se les califica despectivamente de "mochos". La Virgen María nos invita a vivir este ideal de pureza, aunque para ello tengamos que ir "contra corriente."

Historia.

El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, promulgó un documento llamado "Ineffabilis Deus" en el que estableció que el alma de María, en el momento en que fue creada e infundida, estaba adornada con la gracia santificante. Desde entonces, esta es de las verdades que los católicos creemos, aunque a veces, no entendamos. Es lo que se llama Dogma o artículo de fe.

La Virgen María fue "dotada por Dios con dones a la medida de su misión tan importante" (Lumen Gentium). El ángel Gabriel pudo saludar a María como "llena de gracia" porque ella estaba totalmente llena de la Gracia de Dios.

Dios la bendijo con toda clase de bendiciones espirituales, más que a ninguna otra persona creada. Ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo". (LG, n. 53). La devoción a la Inmaculada Concepción es uno de los aspectos más difundidos de la devoción mariana. Tanto en Europa como en América se adoptó a la Inmaculada Concepción como patrona de muchos lugares.

María tiene un lugar muy especial dentro de la Iglesia por ser la Madre de Jesús. Sólo a Ella Dios le concedió el privilegio de haber sido preservada del pecado original, como un regalo especial para la mujer que sería la Madre de Jesús y madre Nuestra. Con esto, hay que entender que Dios nos regala también a cada uno de nosotros las gracias necesarias y suficientes para cumplir con la misión que nos ha encomendado y así seguir el camino al Cielo, fieles a su Iglesia Católica.

Podemos aprender que es muy importante para nosotros recibir el Bautismo, que sí nacimos con la mancha del pecado original. Al bautizarnos, recibimos la gracia santificante que borra de nuestra alma el pecado original. Además, nos hacemos hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Al recibir este sacramento, podemos recibir los demás.

Para conservar limpia de pecado nuestra alma podemos acudir al Sacramento de la Confesión y de la Eucaristía, donde encontramos a Dios vivo. Hay quienes dicen que María fue una mujer como cualquier otra y niegan su Inmaculada Concepción. Dicen que esto no pudo haber sido posible, que todos nacimos con pecado original. En el Catecismo de la Iglesia Católica podemos leer acerca de la Inmaculada Concepción de María en los números 490 al 493.


El alma de María fue preservada de toda mancha del pecado original, desde el momento de su concepción. María siempre estuvo llena de Dios para poder cumplir con la misión que Dios tenía para Ella. Con el Sacramento del Bautismo se nos borra el pecado original. Dios regala a cada uno de nosotros las gracias necesarias y suficientes, para que podamos cumplir con la misión que nos ha encomendado.